Noche de luciérnagas / Francisco Atencia Gómez.
Tipo de material: TextoIdioma: Español Editor: Sincelejo : Torcaza Editorial, 2022Edición: Primera ediciónDescripción: 132 páginas : 21 cmTipo de contenido: texto Tipo de medio: sin mediación Tipo de portador: volumenISBN: 9789584961709Tema(s): Cuentos -- Sucre, Colombia | Cuentos colombianos | Literatura colombianaClasificación CDD: 863.01 Revisión: Rosa Elena estaba sentada en el borde de un bote jugueteando con la arena blanca que tenía bajo sus pies. De vez en cuando alzaba la cabeza y dirigía la mirada hacia una bandada de gaviotas que volaban sobre las azules aguas del mar. En su rostro se notaba el disgusto por la espera prolongada. Se veía fastidiada. Giró el cuerpo y me miró cuando me encontraba a unos diez metros de donde ella estaba. En el instante, unos mu-chachos pasaron frente a nosotros en una pequeña lancha invitando a pasear por solo dos pesos. Mientras, por la avenida iba cruzando el señor Sixto Carvajalino, el primer carretillero que había tenido el pueblo, cargando unos bultos de coco y haciendo crujir el eje que sostenía la rueda de su vieja carreta. Yo lo seguí con la mirada hasta cuando dobló por la esquina siguiente... El texto.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Copia número | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Colección Sucre Literatura | Biblioteca Central | 863.01 A864n 2022 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Ej. 1 | Disponible | 34727 | |
Colección Sucre Literatura | Biblioteca Central | 863.01 A864n 2022 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Ej. 2 | Prestado | 05/12/2024 | 35984 |
Colección Sucre Literatura | Biblioteca Central | 863.01 A864n 2022 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Ej. 3 | Disponible | 35985 |
Incluye datos biográficos del autor
Rosa Elena estaba sentada en el borde de un bote jugueteando con la arena blanca que tenía bajo sus pies. De vez en cuando alzaba la cabeza y dirigía la mirada hacia una bandada de gaviotas que volaban sobre las azules aguas del mar. En su rostro se notaba el disgusto por la espera prolongada. Se veía fastidiada. Giró el cuerpo y me miró cuando me encontraba a unos diez metros de donde ella estaba. En el instante, unos mu-chachos pasaron frente a nosotros en una pequeña lancha invitando a pasear por solo dos pesos. Mientras, por la avenida iba cruzando el señor Sixto Carvajalino, el primer carretillero que había tenido el pueblo, cargando unos bultos de coco y haciendo crujir el eje que sostenía la rueda de su vieja carreta. Yo lo seguí con la mirada hasta cuando dobló por la esquina siguiente... El texto.
Licenciatura en Lingüística y Literatura
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